

La Morada Sensorial se ha gestado a lo largo de tres años profundamente emotivos. Ha nacido del amor, del duelo, y del profundo deseo de acompañar desde el corazón.
Tras un extenso camino de sanación y transformación, comprendí que lo sutil —el cuerpo, el sentir— trasciende las palabras.
Mi alta sensibilidad, especialmente olfativa, junto con los aprendizajes y la experiencia adquirida al trabajar con personas neurodivergentes, han sido el motor que dio vida a esta realidad. Enfocar la atención en los sentidos ha sido la varita mágica que impulsó este proyecto.
El propósito de la Morada Sensorial se sostiene sobre tres raíces:
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Acompañar momentos vitales.
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Facilitar la conexión con nuestra esencia.
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Cultivar la calma a través del cuerpo y los sentidos.
Es un espacio alquímico que ofrece herramientas para encontrarte con tu cuerpo y tus emociones desde una mirada compasiva, humilde y amorosa. Una invitación a nutrir y equilibrar el sistema nervioso, con la calma que cada quien necesite, respetando las particularidades y los ritmos individuales.
Es un proyecto vivo, en constante evolución. Se adapta, se nutre de la experiencia. No tiene sede fija: es nómada, es virtual.
La Morada Sensorial es una invitación a volver a casa: al cuerpo, al sentir, a lo esencial.
Un umbral donde lo humano y lo sagrado se reconocen y se abrazan.
Y aquí os presento mi web, un espacio virtual que he construido para compartir. Te invito a explorarlo y, si resuena contigo, juntas podemos emprender un camino que te ofrezca refugio para conectar con tu esencia vital.
Reconéctate a la vida,
a través de tu Alquimia sensorial
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