Ser altamente sensible: una forma profunda de habitar el mundo

Publicado el 27 de agosto de 2025, 20:25

Hola, ¿cómo estáis? 

Hoy quiero presentaros una nueva sección dentro de “Alquimizada por lo natural". Es un lugar donde voy compartir mi experiencia personal siendo PAS (persona altamente sensible), estrategias para convivir con esta condición y reflexiones sobre cómo sostenerse con esta forma de sentir, estar y vivir. 

Aquí encontrarás historias, aprendizajes y consejos prácticos para vivir desde la sensibilidad sin dejar que nos desborde, conectándonos con nosotras mismas y con el entorno que nos rodea.

Ser una persona altamente sensible y sensitiva significa percibir el mundo con mayor intensidad, desde los colores y los olores, hasta las emociones propias y ajenas. Cada estímulo, grande o pequeño, puede sentirse con profundidad y puede influir en cómo vivimos nuestro día a día. Significa que somos capaces de percibir detalles y cosas que otras personas no perciben. Nuestro sistema sensorial se ha desarrollado de forma diferente y estamos capacitadas para sentir de forma divergente.

Para quienes somos altamente sensibles, la rutina, los espacios, las relaciones y los estímulos ambientales no son solo parte de la vida cotidiana: nos atraviesan y nos transforman. Esto puede generar momentos de sobrecarga, pero también momentos de conexión profunda, creatividad y bienestar, especialmente cuando aprendemos a cuidar de nosotras mismas y a elegir entornos que nos nutran.

La naturaleza juega un papel fundamental en este proceso: nos cuida, nos protege, nos regula y nos recuerda nuestra esencia- mi conexión con ella se intensificó cuando descubrí mi alta sensibilidad- Conectarnos con ella no es solo un placer, es un acto de autocuidado y equilibrio, que nos ayuda a sentirnos sostenidas y a encontrar calma incluso en medio de este ruidoso mundo.

Ser altamente sensible no es una limitación: es una invitación a sentir con conciencia, cuidar nuestro bienestar y respetar la vida que compartimos en armonía con la naturaleza. Ella es más que una aliada: es la Madre que nos sostiene. Sin ella no habría vida, no existiríamos. Reconocer su presencia y cuidarla es también cuidarnos a nosotras mismas. Transformar nuestros hábitos hacia opciones más sostenibles protege nuestro bienestar y el del entorno que nos rodea. La conexión con lo natural se convierte así en nuestra guía y fuente de equilibrio, y nuestro cuidado personal se transforma en un acto consciente que impacta positivamente en la vida que compartimos.

Os espero en el próximo post, donde compartiré una experiencia más íntima. 

Gracias por estar ahí y acompañarnos con tu mirada.

 

Alquimizada.

Crea tu propia página web con Webador