La higuera: La sombra sagrada y guardiana de lo femenino

Publicado el 9 de septiembre de 2025, 20:12

Desde siempre he sentido una conexión especial con las higueras. Sus raíces profundas, su tronco retorcido, su sombra generosa y su fruto dulce y misterioso (flores internas) me hablan de lo femenino en su estado más salvaje y nutritivo.

Hoy quiero honrar a este árbol sagrado del Mediterráneo, que ha acompañado a los pueblos desde tiempos antiguos y que aún hoy sigue ofreciéndonos alimento, sombra y medicina.

La higuera (Ficus carica) es un árbol muy presente en la cuenca mediterránea. Crece tanto de forma silvestre como cultivada, adaptándose a climas secos y cálidos, aunque suele buscar suelos húmedos cerca de ríos, arroyos o canales de riego.

Sus frutos, brevas e higos, tienen una forma globosa que evoca al útero femenino. Dentro guardan pequeñas flores invisibles, un recordatorio del potencial interno de las mujeres, de nuestra ciclicidad y de la sabiduría intuitiva.

Existen variedades cultivadas que producen higos una vez al año, a finales del verano, y otras silvestres capaces de ofrecer hasta tres cosechas, dependiendo de la polinización.

La higuera ha sido venerada desde la antigüedad como un árbol cargado de simbolismo y espiritualidad. En la mitología griega, Deméter (diosa griega de la agricultura, la cosecha y la fertilidad de la tierra) hizo brotar una higuera como muestra de agradecimiento, y este árbol también fue consagrado a Dionisio, dios de la abundancia. En Egipto, su savia se ofrecía como alimento a los héroes y estaba dedicada a la diosa Isis, asociada con la maternidad, la fertilidad y el renacimiento.  En la Biblia, el Génesis nos cuenta que Adán y Eva cubrieron su pudor con hojas de higuera, símbolo de intimidad y renacimiento.

Además de esta dimensión elevada y sutil, la higuera es un árbol que siempre se  ha valorado por la sombra que ofrece, por sus frutos dulces y energéticos, y por sus múltiples usos medicinales y culinarios. 

En la cocina los higos son un manjar versátil: pueden disfrutarse frescos, en postres, confituras o platos salados, aportando siempre un toque dulce y energético.

Si consumimos higos de forma equilibrada podemos obtener los siguientes beneficios:

  • Favorece la digestión y el tránsito intestinal: Tanto secos como frescos son ricos en fibra, ayudando a regular el tránsito intestinal y aliviar el estreñimiento.

  • Calma el dolor de garganta y la tos: Hervidos en leche o infusión son un gran aliado para los cambios estacionales, principalmente el otoño.

  • Tradicionalmente el látex se ha usado para tratar verrugas y pequeñas irritaciones cutáneas. (El látex de la higuera puede irritar la piel sensible, por lo que siempre conviene hacer una prueba antes de usarlo directamente).

  • Aporte energético natural: Los higos  son ricos en nutrientes como calcio, potasio, magnesio y hierro.

Otros usos tradicionales de las hojas de higuera son:

  • Infusión de hojas de higuera, que se puede preparar con hojas frescas o secas, ayudando a calmar molestias digestivas y aportando un aroma relajante.

  • Jarabe casero de higos, que se obtiene al hervir higos frescos en leche o agua con un poco de miel produce un jarabe nutritivo y suavemente expectorante.

  • Cataplasma de hojas. Dicen desde tiempos ancestrales que aplicar hojas frescas machacadas sobre pequeñas irritaciones de la piel, siempre con precaución, puede favorecer la cicatrización

Como os había contado, las higueras (y los castaños) me despiertan sensaciones muy especiales con sus aromas, y llegan a resultarme fascinantes y embriagadores. El pasado domingo tuve el privilegio de destilar hojas de higuera recolectadas por mi padre. La experiencia fue profundamente sensorial y conmovedora.

El aroma del hidrolato me transportó a un paisaje campestre, cálido, donde el canto de los pájaros y las chicharras acompañaban una sensación de paz. Su fragancia, verde y fresca como la hierba recién cortada, transmite calma, intimidad y hogar.

La higuera nos recuerda la importancia de las raíces, del cobijo y de la abundancia que se comparte. Para mí es un símbolo de lo femenino en su forma más salvaje, nutritiva y sagrada.

Hoy honro a este árbol ancestral, compañero de mujeres, guardián de memorias y puente entre lo visible y lo invisible.

Os mando un abrazo con aroma a hidrolato de hoja de higuera como muestra de agradecimento por estar ahí y acompañarme con tu mirada. 

 

Alquimizada por lo natural.