Mis compañeros de vida

Publicado el 8 de agosto de 2025, 22:29

Voy a contaros un poquito sobre los aceites esenciales y los hidrolatos. Y digo “un poquito”, porque podría relatar experiencias durante mucho, mucho tiempo... 

Los aceites esenciales llegaron a mi vida hace bastantes años, pero fue cuando decidí formarme con Antonia Jover que los conocí en profundidad. Ella es aromatóloga y aromaterapeuta con una extensa formación en fitoaromaterapia. Gracias a los conocimientos que me aportó, hoy soy consciente del enorme valor que tienen y de la capacidad olfativa que habita en mí.

Actualmente sigo formándome con Fermina Pérez, química y divulgadora científica en aromaterapia, a través de su membresía Na-El, y con Sabela Cea, terapeuta integrativa especializada en trauma, en su formación de Psicoaromaterapia sensible al trauma.
Ambos proyectos son un verdadero tesoro que os animo a conocer.

No puedo expresar con palabras lo que siento al tener cerca un aceite esencial o un hidrolato. Solo el hecho de saber que me acompañan ya transforma mi estado interno. 

¿Y... qué son los aceites esenciales e hidrolatos?

Los aceites esenciales e hidrolatos son sustancias líquidas que se obtienen a través de la destilación o la presión en frío de distintas partes de una planta aromática o fruto: semillas, raíces, cortezas, hojas, flores o frutos.

A diferencia de los aceites vegetales, los aceites esenciales no contienen grasa, vitaminas, polifenoles ni fitoesteroles. Se les llama “aceites” porque, durante el proceso de destilación, quedan en la superficie del destilado —la parte superior es el aceite esencial, y la inferior es el hidrolato o agua floral.
Son sustancias volátiles, muy aromáticas y no se mezclan con el agua.

Ambas contienen diversas moléculas aromáticas que aportan sus propiedades terapéuticas y sus aromas característicos. Los aceites esenciales contienen una concentración elevada de estas moléculas, mientras que los hidrolatos tienen un porcentaje mucho más bajo (aproximadamente un 1%).

Son compuestos activos y potentes que nos ayudan a equilibrar nuestro ser de forma integral. Su potencial va mucho más allá que lo que molecularmente se pueda demostrar en la actualidad. 

Y... ¿Cómo podemos utilizarlos?

Los podemos usar por diferentes vías: Inhalación (olfativa y respiratoria, )  tópica (en la piel, mediante masajes) y  oral, aunque esta última requiere máxima precaución, ya que no todos los aceites pueden ser ingeridos y algunos son tóxicos. Solo recomiendo este uso bajo prescripción de un/a especialista.

En cambio, los hidrolatos se pueden utilizar por vía olfativa, tópica y oral, con mayor seguridad. En otro momento os contaré más sobre los hidrolatos, en los últimos dos años me han conquistado.

Para usarlos adecuadamente, es necesario formarse y conocer bien sus propiedades, ya que su efectividad y seguridad dependen del estado de la persona, su edad y la dosis utilizada.

Desde mi experiencia, diría que el aceite esencial representa el potencial concentrado de la planta, mientras que el hidrolato contiene su información sutil, la que recoge el agua durante el proceso de destilación.

Son sustancias diferentes, complementarias, y ambas nos ayudan a recuperar la salud, equilibrar nuestra energía y disfrutar del bienestar en nuestro día a día.

Son auténtica alquimia que nos conecta con la naturaleza… y con nuestra propia esencia.

Espero que esta pequeña reseña sobre aceites esenciales e hidrolatos os haya hecho sentir curiosidad para que sigáis profundizando en conocer estos dos maravillosos compañeros de vida.

Gracias por estar ahí y acompañarme con tu mirada.

@alquimizada